
Se cumple un año desde que empecé mi andadura como freelance de marketing digital, decisión con la que buscaba dar más espacio a la creatividad en mi día a día y disponer de más tiempo, en general (para estudiar, crear proyectos, involucrarme en iniciativas y hacer deporte)
Algunos de los aprendizajes que he extraído:
- Para dar el salto a trabajar por cuenta propia, no sustentad@ por nadie, hay que ser – antes que valiente – realista, evaluar bien los pros y los contras y ponerse en lo peor. Yo me lancé a ello después de años sembrando el terreno, pero dispuesta a apretarme el cinturón.
- El esfuerzo realizado durante las distintas etapas de tu carrera profesional es un arma comercial en sí misma.
- No esperar nada pero tener las cosas claras, te facilita tomar decisiones.
- Construir confianza es fundamental. La confianza da estabilidad y la estabilidad te da “alas”. Algunos de los aspectos que he cuidado:
- a) Cumplir los deadlines a rajatabla – Me da igual que alguien me pague muy bien horas para algo urgente si eso va a suponer aplazar un compromiso que he contraído anteriormente-
- b) Tratar a todos los clientes por igual (ser igual de exigente con los resultados proyectados y pulcra con las tareas)
- c) Ser clara con todos los aspectos que rodean al servicio.
- Si te va bien, llegará la reflexión de “hacia dónde quiero ir”. Yo soy freelance, no soy una agencia. El cliente me “compra” una forma de hacer las cosas. En sendos picos de trabajado me he reafirmado en no externalizar nada del core del servicio (solo contenidos, algo de programación que yo no conseguía sacar, y poco más)
- Invertir bien el tiempo y el dinero. Hay que pagar herramientas para desempeñar el trabajo. Tenemos que quedarnos las que más vamos a necesitar, no siempre las que más nos gustan. Si podemos hacer intercambios, mejor. También hay que reflexionar bien sobre el tipo de tareas que atentan contra nuestra eficiencia.
Retos que me propuse a principios de año
[ninja_tables id=»997″]¿Qué podría haber hecho mejor o de otra manera?
En general mi valoración del 2019 es muy positiva. Espero seguir creciendo en 2020 y cumplir nuevas metas este año. Pero siempre hay cosas que podríamos haber hecho mejor o de otra manera.
Por ejemplo, puedes dar con clientes que estén a muchas cosas y no tengan tiempo para tomar decisiones, marcar objetivos o responder tus e-mails. En esos casos, es mejor parar y “dar un golpe en la mesa” para obtener una respuesta concreta, antes que seguir sin tener claro si estás haciendo lo que espera o no. A veces, aunque insistas hasta el punto de ser pesad@, no es suficiente, puede ser mejor parar el servicio que seguir.
Cuando se trata de propuestas, alguna vez me lancé a mandar una antes de conocer personalmente al cliente potencial, tras un contacto por teléfono o e-mail. En una ocasión no me dieron respuesta. Es por ello, que ya no acepto propuestas en las que no conozca al cliente, no tenga referencias suyas o no me dé confianza en conversación telefónica. Siempre que sea posible reunión física, o skype en su defecto.
Tengo el defecto de ser muy “Juan Palomo”. Este primer año como freelance también he querido hacer muchas cosas que no me correspondía hacer, como llevar gran parte de la gestión contable. Lo hice con el propósito de aprender cómo funciona. Creo que me ha aportado un conocimiento útil, pero este año voy a trasladar toda la gestión para centrarme únicamente en lo importante.
Me hubiera gustado escribir en el blog con más frecuencia. Me gusta mucho hacer crecer mi criaturita poco a poco. He escrito muchos artículos de productos de distinta índole para portales de afiliación y casi nada para mi blog. Me puse el objetivo de hacer al menos un post al mes, pero he dejado multitud de ellos en el borrador por priorizar un trabajo o una propuesta. Dudo que ya salgan a la luz: errores y bugs comunes en Datastudio, la mayéutica aplicada al análisis SEO, entre otros.
He dedicado más al estudio que los últimos años, pero no he sido todo lo disciplinada que me hubiera gustado ser. A veces lo he dejado aparcado por aceptar un trabajo o sacar una propuesta y no he completado el Máster. No obstante, en los dos últimos meses pegué el acelerón y espero seguir el ritmo.
Tampoco hice tarjetas, ni renové la web…La labor comercial no es mi fuerte. Pero poco a poco. Querer abarcar muchas cosas puede ser frustrante.
Cuando la jornada se me hace «bola», siempre me acuerdo de mi profesora de historia, que siempre decía «Sin prisa, pero sin pausa», como un mantra. Y sigo hasta que lo saco.
Estoy muy agradecida con todos los que han hecho posible que yo pueda vivir de lo que más me gusta hacer. Espero seguir estando a la altura de las expectativas. Seguiré poniendo todo de mi parte para que así sea.